lunes, 21 de marzo de 2011

Corre, Alicia, corre



Alicia Duncan tiene once años pero su cuerpo está tan desarrollado como el de una adolescente.

Esta extravagancia la hace sufrir las constantes insinuaciones de todos los hombres maduros que la rodean.

Abandonada por su madre y con el padre ingresado en el psiquiátrico, Alicia comparte con tía Esme un piso en Nueva York por el que desfilan los más variopintos personajes que consumen toda clase de drogas.

En este ambiente, Alicia reparte su tiempo asumiendo responsabilidades demasiado maduras para su edad y confeccionando collages que expresan la confusa visión que tiene del mundo.

Al llegar el verano, Alicia es enviada a un campamento infantil, el decadente Instituto Balthus en Carolina del Norte. Allí se adentrará en un mundo de creación psicodélica, poblado por los más esperpénticos artistas, como si del país de las maravillas se tratara, y conocerá a J.D., un siniestro traficante de drogas de treinta años que seducirá a la niña, iniciándola en un peligroso juego.

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