El elogio de la sombra es un ensayo, una reflexión sobre el arte japonés definido por una tradición ancestral, una reflexión sobre la arquitectura oriental donde compara las preferencias de occidente por la luz, lo rectilíneo y armonioso; con las preferencias japonesas por las sombras, lo asimétrico, las patinas de los objetos o las penumbras.
Habla de cómo se podría haber desarrollado el mundo si algunos avances hubieran sido descubiertos por ellos, de cómo por eso estan sometidos a la cultura occidental.
Compara el papel, el horror que les producen a ellos los objetos brillantes y sobretodo las construcciones de los edificios (especialemente las catedrales góticas) con, por ejemplo, la forma de sus tejados creados como parasol ya que quieren impedir el paso al interior de la luz solar, mientras que nosotros intentamos que esa luz penetre dentro de nuestras construcciones.
También nos habla del Toko No Ma (significa hueco), que encontramos en la habitación principal que estará situada perpendicular al jardín. En el Toko No Ma se cuelga un cuadro en función a la estación del año en que nos encontremos y se coloca un objeto o adorno floral. Esta parte de la casa es la más importante y se juzgará el gusto de los dueños por la armonía que consigan combinando estos elementos, ya que se entiende como un universo de sombras que a sido deliberadamente creado.
Las sombras hacen valiosa a la luz.
Creo que este libro me ha aportado una visión que podría aplicar al mundo de la fotografía para crear espacios, volúmenes o transmitir emociones.
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